, Julio Verne_Ante La Bandera 

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deflagrador como os ha vendido la de su Fulgurador.
-Esto es positivo, se�or Hart. No tenga usted inquietud por esto.
De esta categórica respuesta deducir�a que la desgracia estaba consumada,
si la duda que se notaba en su voz no indicara que no hab�a que dar gran fe a la
afirmación del ingeniero Serko.
25 de octubre.- �Me, ha ocurrido una aventura que me ha podido costar la
vida! Es milagroso que hoy pueda volver a escribir estas notas, interrumpidas
durante cuarenta y ocho horas. �Con un poco de suerte , yo estar�a libre en alguno
de los puertos de las Bermudas , San Jorge o Hamilton! El misterio de Back-Cup
ser�a conocido. La goleta se�alada a todas las naciones no podr�a mostrarse en
ning�n puerto, y el avituallamiento de Back-Cup se har�a imposible �Los bandidos
de Ker Karraje ser�an condenados a morir de hambre!
He aqu� lo que ha sucedido:
La noche del 23 de Octubre, a las ocho , hab�a yo abandonado mi celda en
un estado indefini ble de agitación, como si presintiera un suceso grave y próximo.
En vano hab�a pedido un poco de calma al sue�o. Desesperado de dormir, sal�...
Fuera de Back-Cup deb�a hacer muy mal tiempo. El hurac�n 'penetraba por
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el cr�ter y agitaba las aguas del lago.
Dirigime por el ribazo de Bee-Hive... Nadie ha b�a all� a aquella hora. La
temperatura era bastante baja; la atmósfera h�meda. Todos los hombres es taban
en el interior de sus celdas. Uno solo guardaba el orificio del nuevo paso, por m�s
que, por exceso de precaución, estuviese obstruido en la parte del litoral. Desde el
sitio que ocupaba no pod�a este hombre distinguir las riberas. Sólo brillaban dos
l�mparas el�ctricas en las orillas derecha e izquierda del lago, de forma que la
obscuridad era siempre profunda en los pilares.
Caminaba yo entre la sombra, cuando veo que un hombre pasa junto a m�.
Reconozco a Tom�s Roch. Este no se fija en m�. Caminaba lentamente, absorto en
sus reflexiones, como de costumbre, la imagina ción siempre en tensión, el esp�ritu
trabajando de continuo .
Se me ofrece una ocasión favora ble para hablarle y hacerle conocer lo que
seguramente ignora , pues �l debe ignorar en qu� manos ha ca�do.
No puede sospechar que el Conde de Artigas es el pirata Ker Karra je. No
sospecha a qu� bandido ha entregado una parte de su invento. Es preciso que sepa
que jam�s disfrutar� los millones que le han pagado... Invocar� sus sentimientos de
humanidad, le hablar� de las desgracias de que ser� responsable si no guarda sus
�ltimos secretos.
En estas cavilaciones estaba, cuando me siento vivamente cogido por la
espalda. Dos hombres me sujetaban los Brazos... Otro se puso ante m�. Quiero
gritar.
-�Ni un grito!-me dice este hombre, que se expresaba en ingl�s.- �No es
usted Simón Hart?
-�Cómo sabe usted& ?
-Le he visto salir de su celda.
-�Qui�n es usted?
-El teniente Davón, de la Marina Brit�nica, oficial a bordo del Standard, en
escala en las Bermudas. La emoción me ha impedido contestar.
-Venimos a arrancarle a usted de manos de Ker Karraje, y a llevar con usted
al inventor franc�s Tom�s Roch- a�ade el teniente Davón.
-�Tom�s Roch?- he balbuceado.
-S�,.. El documento firmado por usted ha sido re cogido en San Jorge,
-En un barrilillo... un barrilillo que he lanzado a este lago.
-Y que contiene los datos por los que hemos sabido que el islote de
Back-Cup serv�a de refugio a Ker Karraje y a su banda... Ker Karraje, el falso Conde
de Artigas, el autor del doble rapto de Heal-thful-House.
-�Ah! en te Davón...
Ahora, no hay instante que perder... s preciso aprovechar la obscuridad.
-Una sola palabra... �Cómo han podido ustedes penetrar en el interior de
Back-Cup?
-Por medio de un barco submarino, el Sord, que desde hace seis meses
estaba de experiencias en San Jorge,
-�Un barco submarino?
-S�..., que nos espera al pie de estas rocas.
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-�All�!... �All�!... -he repetido.
-Se�or Hart, �dónde se encuentra el barco sub marino de Ker Karraje?
-Hace tres semanas que ha partido.
-�No est� Ker Karraje en Back-Cup?
-En este momento no; pero se le espera quiz�s dentro de algunas horas.
-�Qu� importa?- responde el teniente Davón-No se trata de Ker Karraje,
sino de Tornas Roch. Tenemos la misión de llev�rnoslo con usted. El Sord-no
abandonar� este lago sin que est�n ustedes ambos a bordo. Si no vuelve a San
Jorge, esto signi ficar� que ha tenido mal �xi to en su empresa... y se empezar� de
nuevo.
-�Dónde est� el Sorck?
-En este lado, entre las sombras de esas rocas, donde no se puede notar su
presencia. Gracias a las indicaciones de usted, mi tripulación y yo hemos
reconocido la entrada del t�nel submarino. El Sord le ha franqueado con toda
felicidad. Hace diez minutos que ha subido a la superficie del lago. Dos de mis [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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