, Harrison, Harry B5, Bill en el Planeta de los 10000 Bares 

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Bill meditó sobre aquella idea y no la comprendió en lo m�s m�nimo.
 Vamos, Elliot, �para qu� iba a poner nadie un desierto y un valle en una nave
gigante?
 �Para qu� iba a ponerte nadie a ti en una nave espacial? Esa es la pregunta que
he estado formul�ndome, Bill.
 Miren  dijo Bob , detesto interrumpir esta discusión amistosa, pero tengo mucho
que barrer antes de conseguir mi cuenco de gachas y mi vaso de leche de
recompensa. �Quieren que les lleve al puente, s� o no?
Elliot dio un salto y describió una cabriola de alegr�a.
 �Ya lo ves! Ya lo ves, Bill, ha dicho puente. Por lo tanto tiene que haber un puente.
Y el puente tiene que estar en una nave espacial. �As� que esto es una nave espacial!
 Un puente tambi�n puede estar por encima de un r�o  murmuró l�gubremente
Bill, que a�n no estaba seguro de qu� demonios estaba ocurriendo exactamente.
 Pienso que debo advertirles algo  advirtió Bob . La capitana est� realmente un
poco loca. Como una cabra, si quieren mi opinión. Hace falta uno para conocer a uno, y
yo conozco a uno que no est� ni a una cabeza de distancia de m�. Pero nosotros, los
muu-tantes-muu-tinados hemos aprendido muy bien la lección. Nos dedicamos a hacer
nuestras tareas dom�sticas, tratamos de olvidar el pasado, vamos a la iglesia todos los
domingos, no nos metemos en l�os... y mantenemos nuestra nariz limpia; lo cual es
especialmente dif�cil cuando uno tiene dos narices, �verdad, Bill?
 As� es, Bob. Lo que t� digas. Otra vez esas malditas palabras largas como �yo� y
�mi�.
 Vayamos a ello entonces, �eh?  murmuró Elliot con impaciencia . Pero antes...
�existe alguna posibilidad de que le podamos echar un vistazo al sol? Lo encuentro de
lo m�s intrigante, por no decir imposible, en el interior de una nave espacial.
 �El sol? �Eso es cosa hecha! �El ingeniero del fotodisco solar es un buen amiguete
m�o!
 �Qu� clase de ingeniero ha dicho?
 Ah, vengan... Les mostrar� qu� quiero decir exactamente.
El muu-tante de dos cabezas hizo una se�al.
Bill y Elliot siguieron a la figura que arrastraba los pies por el pasillo largo y curvo.
Tras una larga y agotadora caminata llegaron a una puerta que chirrió al abrirse cuando
Bill-Bob cogió el pomo, apoyó todo su cuerpo sobre �l y tiró. Todos la traspusieron.
Bill hab�a visto en su vida algunas cosas notables, por no decir interesantes; pero
aquello se llevaba la palma.
Bill-Bob, Elliot y Bill se hallaban de pie sobre una ruinosa plataforma met�lica a
pocos metros por encima de la superficie de papel de esta�o y cartón piedra que se
extend�a hasta el horizonte. Estaba pintado de azul, y en algunos sitios se ve�a
herrumbre y remaches. Aquello no ten�a sentido. A trav�s del lugar se extend�an ra�les
de ferrocarril. Bill saltó al suelo, caminó un poco por los ra�les... y luego miró hacia
arriba.
Y se tiró al suelo, relinchando de terror, y se aferró a las v�as con las manos; porque
por encima de �l estaban el desierto, las rocas y los indios. �Y �l estaba cayendo hacia
ellos!
 �Estoy cayendo! �Esto es el fin!  chilló.
 �D�jalo ya, cretino!  se burló Bill, que se acercó, se detuvo a su lado y se inclinó
para arrancarle los engarfiados dedos del ra�l . No vas a caerte... a pesar de que
est�s de pie en el cielo...
 �Crees que eso mejora las cosas?
 Oye, cabeza de humo, �me estoy cayendo yo? �O nuestro gu�a de dos cabezas?
Estamos en el interior de una holonave espacial, eso es todo; y �sta est� girando en el
espacio, por lo que todo est� sujeto a la parte interior por la fuerza centr�fuga. T� has
o�do hablar de la fuerza, �no?
 S�, pero lo he olvidado.
 Los niveles educacionales no son lo que deber�an ser. Mira...
�qu� pasa si llenas un cubo con agua, le atas una cuerda y lo haces girar
r�pidamente alrededor de tu cabeza?
 �Que me mojo?  sugirió Bill, lleno de esperanza.
 S�... quiz� t�, s�. Pero cualquier otro lo har�a girar con la suficiente velocidad como
para que el agua no cayera...
 �Ah� lo ten�is!  gritó el conserje de dos cabezas.
El sol se dirig�a hacia ellos por el suelo-cielo, acompa�ado de una lejana bocina. Al
acercarse m�s, el sol se hizo m�s d�bil y pudieron ver que delante de dicho astro iba
una locomotora de vapor tronada.
 �Casey! �Casey!  llamó el muu-tante.
 �Eh, Bill-Bob! �Cómo va eso?  dijo el hombre que viajaba en la cabina de la
locomotora, al acercarse. Tiró de una cuerda que estaba unida al silbato de vapor, y el
silbato sonó como un alma perdida y sin esperanza de caer en el purgatorio. O algo
parecido. Luego la locomotora se metió dentro de una nube y vieron unos generadores
de efectos especiales que zumbaban y restallaban, proyectando sobre el cielo
im�genes de nubes, y entretej�a sus redes de magia cinematogr�fica barata sobre las
cr�dulas tribus de perversos indios que estaban en el desierto de abajo.
Pero el espect�culo m�s incre�ble continuaba siendo la antigua locomotora de vapor
que se deslizaba por herrumbrosas v�as, mientras luchaba para arrastrar aquel sol
generado por fusión a trav�s del �cielo�.
 �Guau!  exclamó entusi�sticamente Elliot . �Hablando del carro de Apolo! Este
sitio est� atestado de todos los antiguos mitos.
 �Queseso?  preguntó Bill.
 No importa. Una alusión m�tica que est� fuera del alcance de tu educación y/o
inteligencia, Bill. [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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